El Ing. Mario Telichevsky fue el invitado del programa estreno de La Construcción del Hombre. El Congreso Internacional de Ingenieros, sus orígenes, su crecimiento, su humildad y su honestidad fueron los protagonistas de la emisión.
En octubre de este año, la Federación Mundial de Ingenieros organizará su Congreso internacional en la Ciudad de Buenos Aires. En ese evento, el Ing. Mario Telichevsky oficiará como presidente. Ingeniero Civil, graduado en la Universidad de Buenos Aires, y representante de nuestro país en diversos encuentros vinculados a su profesión, Telichevsky ocupará el cargo más importante en la reunión ecuménica de su profesión. Sus 40 años de trayectoria en el campo de la ingeniería industrial y civil avalan sus palabras.
Dueño de una prosodia amena y cálida, vertió sus conceptos con absoluta sencillez y cordialidad. La tensión propia del programa estreno de un ciclo se esfumó gracias a su espontaneidad y naturalidad. Su visita nos dejó frases excelsas, pero la explicación que brindó acerca de la relevancia de su profesión es, simplemente, brillante. Así habló?
?La Federación Mundial de Ingenieros, la Unión Argentina de Ingenieros y todas las entidades que están bajo el paraguas de la Federación han adoptado los objetivos del milenio en el año 2000 en Nueva York. La ingeniería está cambiando sus paradigmas y esto es muy importante tenerlo en cuenta. Antiguamente, se encargaba de modificar la naturaleza en beneficio del hombre. Indudablemente, la ingeniería sigue siendo eso; pero a raíz de muchas cosas que están ocurriendo se generaron dos grandes paradigmas. En primer lugar, debemos empezar a tomar conciencia de que estamos trabajando en un planeta finito, no podemos trabajar alegre y libremente de manera sostenible en el tiempo porque nos vamos a quedar sin planeta. El otro paradigma indica que la ingeniería le debe servir a la gente porque si no lo hace se convierte en un ejercicio intelectual tan útil como que vos y yo juguemos un partido de ajedrez. Será divertido, pero nada más que eso?.
Pero, claro, el Ing. Telichevsky también tuvo tiempo para recordar a todas sus profesoras de la escuela primaria. Para homenajear y emocionarse con la memoria de sus padres y abuelos. Para honrar y encumbrar el trabajo de sus colegas. Para definir e idealizar su profesión. Para enaltecer la moral y la integridad. Para contener en su puño la dignidad quintaesenciada de la decencia. Para hablar, opinar, aconsejar, juzgar y sentenciar. Todo con un denominador común: el compromiso social y el adeudo personal.
La Construcción del Hombre: nuevo episodio de una saga con más de 20 años entregando historias y repasando leyendas.