Dr. Enrique GurfinkelSabio. Reflexivo. Comedido. Sereno. El Dr. Enrique Gurfinkel dejó su huella en el programa. La cardiología, los recuerdos, el Dr. Favaloro, su familia y sus investigaciones fueron algunos de los temas abordados. Imperdible.

?Se construye a un hombre sano educándolo. Si no hay educación no hay salud?. Y si no hay palabras como las del Dr. Enrique Gurfinkel no hay educación. Su frase, tan simple como verosímil, resume el secreto de la medicina. Y vaya si lo hace que sus palabras fueron proferidas casi como el susurro de un padre que intenta explicarle el sentido de la vida a un hijo.

El Dr. Gurfinkel recibió su título de médico en 1982 y se doctoró en la Universidad de Buenos Aires en 1995. Becario en Reino Unido, investigador, docente, Jefe de Cardiología de la Fundación Favaloro y especialista en arteriosclerosis, ha dedicado su vida a la salud cardíaca. Hoy, su voz y su experiencia diseminan los recuerdos de su pasado, su vínculo de admiración y eterno aprendizaje con el Dr. René Favaloro, sus investigaciones en el CONICET y en las publicaciones de medicina más importantes del mundo.

Por supuesto, la ciencia también tuvo su lugar en la charla con un hombre nacido de sus entrañas. Y el primer tema fue la génesis de lo que hoy llamamos medicina. ?Si miramos la filogenia de la naturaleza del primate, nos preguntamos ?¿cómo hemos sobrevivido a la conversión en seres humanos hace 2.5 millones de años?, ¿cómo llegamos acá?? (Lo hicimos) con dos grandes pilares: el primero fue el desarrollo o tolerancia al hambre; el segundo han sido las defensas, la inmunología. Ahora bien, estos elementos tienen un punto de contacto: si no fuera por la inmunología y las defensas y si no fuera porque tuvimos hambre en algún momento hoy no estaríamos acá?. Contundente.

Quienes hablan de ciencia no hacen otra cosa que entablar un diálogo con la verdad. Quienes hablan con la ciencia no hacen otra cosa que ir en búsqueda de la verdad. Y ella, por más que se empeñe en ocultarse, tarde o temprano es develada.

La ciencia es una de las formas más elevadas

del quehacer espiritual pues está ligada a la

actividad creadora del intelecto, forma suprema

de nuestra condición humana.

- René Favaloro